Hace un mes aproximadamente nos requirieron para nuestra primera boda ante Notario y el viérnes pasado tuve la oportunidad de poder participar en dicho evento como auxiliar de Don Eduardo, lo cual me agradó mucho, pues es una escritura que esperaba que se realizara.
Desde que salió la Ley de Jurisdicción Voluntaria por la que se podrían celebrar bodas ante Notario una sensación de alegría, miedo y responsabilidad se encontraron dentro de mí, al pensar, que participaríamos activamente de uno de los eventos que suele marcar el resto de nuestras vidas. Para bien o para mal, la boda, cambia el rumbo de nuestra vida en el dejamos de ser uno, para ser dos.
La emoción de alegría, ya que viviríamos ese momento de cerca y Don Eduardo quedaría en el recuerdo de esa pareja, que manifiesta estar enamorada, y el miedo a que ese recuerdo no sea el que esperan. Toda escritura tiene un halo romántico, una historia detrás, un porque que cada uno conocemos y vivimos a nuestra manera; pero el caso de un enlace es especial, es una fiesta, es el comienzo de una vida en común con todas sus consecuencias.
Como he dicho anteriormente desde que salió la Ley, yo ansiaba la llamada de algunos novios enamorados que se pusieran en contacto con nuestra Notaria, me hacía ilusión formar parte de ese día, sé que peco de romántica, y que muchos novios lo tratan como un mero trámite, la firma de un papel, pero para mí alegría, los novios que llamarón a nuestra Notaria de Sevilla fueron unos novios enamorados e ilusionados con su boda, que decidieron realizarla ante Notario por la rapidez en los tramites y en nuestra Notaria en concreto por la cercanía al recinto donde se iba a celebrar el enlace y por haber obtenido buenas referencias nuestras. Así que desde el primer momento nos pusimos a trabajar de la mejor manera posible, hablando con Don Eduardo sobre presupuestos y fechas para poder dar el mejor servicio y la atención más personalizada.
Los novios decidieron celebrar la boda ante Notario cerca de nuestra Notaria de Sevilla, en un entorno único como es la orilla del Guadalquivir a su paso por nuestra hermosa ciudad, con la Torre del Oro y la Giralda como testigos. El día no defraudó, lución ese sol maravilloso que caracteriza nuestra ciudad acompañado de una leve brisa aromatizada de azahar, los novios llegaron radiantes, y allí esperaba Don Eduardo, un novato en estos lares, casi tan nervioso como la novia, pero recto y sereno como un gran actor en uno de sus primeros papeles, y de lo bien que estuvo bien podría ganar el Goya al Actor Revelación.
Debido a mi interés personal por este evento y buscando poder compartir del mejor modo este momento en el blog, le pregunté a la novia si me permitiría publicar algunas fotos de ese enlace, pues muchas veces “vale más una imagen que mil palabras”, y así puedo mostraros cuan bonita fue nuestra experiencia y no extenderme más, sino mostrároslo.
Así nos servirá para recordar este día y como complemento a una escritura especial por ser la primera, esperemos de muchas, en las que todos digan “SI QUIERO” y en la que las discrepancias entre clientes no existen pues será día de felicidad.
Isabel Ramos